En la mayoría de las ocasiones, las personas que sufren algún tipo de accidente como traumatismos craneoencefálicos, ictus, embolia, etc. tienen después distintos tipos de secuelas. Estas secuelas, dependen de la zona del cerebro que se encuentre dañada.
Cuando la lesión se localiza en el hemisferio izquierdo, se manifiesta normalmente una parálisis en el lado derecho del cuerpo y dificultades en el lenguaje. Y es que, es el hemisferio izquierdo de nuestro cerebro el que se encarga del mismo (en la mayoría de las personas menos en algunas personas zurdas). La magnitud puede ir desde la dificultad en la articulación de algunos fonemas, en la comprensión o incluso llegar a la pérdida total del habla.
La terminología que vais a encontrar en los informes médicos puede ser muy amplia, pero las más comunes son afasias (de diferentes tipos según el área específica dañada) o disartria.
La recuperación de la lesión dependerá mucho de la edad de la persona, la competencia lingüística previa, el alcance del daño, la personalidad de la persona, etc.
Sin embargo, una de las cosas más importante desde mi punto de vista y seguro que desde el de la mayoría de los profesionales, es que las personas que tengan este tipo de afección empiecen rehabilitación logopédica de inmediato. Y es que, el primer año después de la lesión, es el más importante para conseguir avances. Por lo que no es conveniente dejar unos meses entre la fecha de alta y el comienzo de la terapia.
El tipo de actividades que se realicen para la recuperación dependerán del tipo de lesión. Debéis poneros en manos del logopeda y trabajar en casa las actividades que os recomiende. Tened en cuenta que normalmente la terapia suele ser de unos treinta minutos un par de veces a la semana, por lo que cuanto más trabajéis en casa con las indicaciones que os proporcione el logopeda, más estaréis ayudando en la recuperación.
La recuperación no suele ser completa, por lo que las personas afectadas, aunque obtengan mejoría, no quedarán como antes de la lesión. El avance será lento, pero desanimarse y dejar de intentarlo será vuestro peor enemigo.
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