Para aprender a leer disponemos de dos rutas: la ruta fonológica y la léxica.
Para aquellos que no estáis puestos en el campo (y pidiendo perdón de antemano por la terminología, a compañeros que dominan el tema), podríamos decir que cuando nosotros tenemos los primeros contactos con la lectura, lo que hacemos es "traducir" las grafía (letras) que vemos escritas, por su sonido; después ensamblamos esos sonidos, formamos la palabra y la decimos: hemos leído la palabra. Todo este proceso, lento, es el que se hace por la ruta fonológica o subléxica. Cuando estamos aprendiendo a leer, cuando leemos una palabra nueva o una de baja frecuencia, la ruta que ponemos en marcha es esta. De ahí que cuando un niño empieza a leer o tú mismo al leer esta palabra RUMICAGUESTI, se tarde más que en leer otra como CASA.

Esto me lleva a explicar la segunda ruta: la ruta léxica. Para que os hagáis una idea, en nuestra cabeza es como si tuviéramos un "diccionario". En ese diccionario están todas la palabras que hemos leído (frecuentes), de modo que cuando la ves escrita, la reconoces y te saltas todos los pasos anteriores que habíamos hecho en la ruta fonológica para leer la palabra: aquí accedemos directamente a esa palabra, a su forma de decirla. ¿Qué has tardado más tiempo en leer, RUMICAGUESTI o CASA? Eso es porque la primera (no-palabra) no está en tu léxico, en tu diccionario y tienes que seguir una serie de pasos hasta conseguir leerla ("traducirla"). La segunda, la reconoces prácticamente nada más verla. Es porque la tienes en tu léxico, en tu diccionario.
Espero que hayáis entendido, al menos de forma básica, lo que sucede cuando leemos una palabra.