Hoy quiero compartir con vosotros la entrevista que me hicieron para Radio Mijas, en la que hablamos sobre cómo podemos jugar con nuestros pequeños para estimular el lenguaje.
Se habla mucho de
los juegos educativos, pero es que si te paras a pensar lo que es un
juego educativo, verás que es un juego con el que el niño va a
aprender algo en concreto. Con lo cual y en mi opinión, no es tan
importante en sí el tipo de juego que se le regale, sino cómo vamos
a usar ese juego.
Seguro que en más
de una casa los Reyes han dejado una cocinita o un banco de
herramientas. Esto también le va a ayudar a los niños a aprender
aunque a priori parezca que no. Si tú te pones con ese niño, le
enseñas los nombres de esos objetos, para qué sirven, dónde se
guardan, cómo funcionan, etc. estás haciendo que el niño aprenda
muchísimas cosas. Aprende vocabulario, situaciones, secuencias,
roles... El niño o la niña van a coger ese banco de herramientas y
va a decir: voy a arreglar la mesa que se ha roto. Van a hacer como
que arreglan la mesa con esas herramientas. Interviene ahí, y habla
con el niño: “ah, ¿y qué le ha pasado a la mesa? ¿qué vas a
usar para arreglarla? (Quizás no se acuerden en ese momento del
nombre de ese objeto, de esa herramienta, pues ayúdale). Mira coge
la llave inglesa y ponla así. ¿Tú te acuerdas que nosotros tenemos
una parecida?...”
Con la cocinita, que
no tiene por qué ser ni mucho menos un juguete de niña, vamos a
coger y a crear situaciones con ello. “Pues tú tienes un
restaurante y quiero que me prepares una tortilla. ¿Qué necesitamos
para preparar una tortilla?” Nosotros les vamos guiando en ese
juego, en ese aprendizaje; les podemos decir recetas sencillas que
luego pueden trasladar a la vida real, hablarles de los utensilios
que necesitan para preparar esa receta, que cojan los suyos de
juguete, por ejemplo “para preparar una tortilla necesitamos
huevos, venga ¿qué más?... una sartén, etc.”
También Hay que
tener en cuenta que los niños, cuando están jugando van a
aprendiendo reglas; normas. Y la vida está llena de ellas, por lo
que el juego es una buena forma de ir enseñándoles a respetarlas.
Por ejemplo, los juegos de mesa a partir de unos 5 años, son muy
interesante porque los niños van a aprender un juego en el que
generalmente deben estar sentados, estar con más amigos, tendrán
que contar seguramente con un dado (con lo cuál fomentan el
aprendizaje de los números), mover a un personaje (van a tener que
saber pasar de una casilla a otra), les podemos preguntar cosas sobre
los dibujos que aparecen en esas casillas, aprender a respetar el
turno (oye que te toca a ti), aprender a ganar o perder, etc. Puede
parecer que jugar a la oca, que ahora las tenemos muy chulas con los
personajes favoritos de los niños como Peppa Pig, puede ser algo
para pasar el tiempo, pero lo cierto es que es un juego completo, con
el que los niños van a aprender muchas cosas.
Pero Para mí uno de
los regalos estrella es el libro. ¿Por qué un libro no puede ser un
regalo divertido? Claro que lo es. Desde que los niños son muy
pequeñitos podemos darles libros y que se vayan acostumbrando a
pasar hojas, a ver las imágenes, a ver letras... Yo como soy
logopeda y me centro mucho en el lenguaje, para mí los libros son
ideales para que los niños aprendan vocabulario, aprendan a
escuchar, a comprender lo que se les dice, a seguir una historia, a
expresarse ellos, a formar frases cada vez más largas... Alrededor
del año ya se les pueden dar libros de tela o plastificados, que no
pase nada si los muerden o intentan romperlos. A partir de los 2 años
recomiendo coger cuentos muy sencillos y leerlos a los nenes antes de
ir a dormir. Esa puede ser una rutina muy buena porque los niños se
van a acostumbrar a eso y cuando se acuesten, va a llegar un momento
en que os van a decir, papi el cuento.
Para edades
tempranas, es recomendable que los cuentos no sean muy largos para
que ellos puedan seguir la historia y no se pierdan. Los cuentos de
Pop Up son muy divertidos. Los niños pueden manipularlos y “jugar”
con ellos. Te pongo dos títulos que puedes usar para niños de unos
3 años, incluso quizás un poco antes:
- “El topo que quería saber quién se había hecho aquello en su cabeza”.
- “Las jirafas no pueden bailar”.
Si tienes algunos
otros títulos interesantes te animo a que me los dejes en los
comentarios.
Cuando estemos
viendo el libro, es bueno que vayamos diciéndole todos los nombres
de los objetos, para qué sirven, dónde los encontramos... en
definitiva es un poco igual que lo que os he dicho antes que hagáis
con el juego: que les habléis. Podemos y debemos, dejar que el niño
nos interrumpa, que nos pregunte lo que se le ocurra sobre la
historia, porque eso es que nos está escuchando. Cuando ya le hemos
contado varios días ese cuento, también podemos pedir que sea el
niño el que nos lo cuente, aunque no sepa leer; da igual. Pues había
una vez una niña... (Y ahí a lo peor se para y no sabe continuar,
le ayudamos) “¿y qué le pasaba a la niña? (Y en ese momento le
señalamos el dibujo por ejemplo, en el que podemos ver a la niña
que se cae). Pues es verdad, que la niña se cae al suelo, adiós, y
qué le pasa a la niña... Y ahí le damos su tiempo para contestar.
No vamos a contestar nosotros antes de haberles dado unos segundos,
porque entonces pueden pensar que no nos interesa lo que vamos a
decir... Si vemos que no contestan pues entonces les ayudamos.
En fin, que los
juegos son importantísimos en la vida del niño y que, lo realmente
importante es que los padres estén ahí para ir enseñando mediante
el juego todos esos conocimientos que queremos que los niños
aprendan. Y tenemos que tener en cuenta que todo lo que aprenden
mediante juego, lo van a asimilar muchísimo mejor y posiblemente les
va a costar mucho de olvidar. Así es que debemos ver el juego como
nuestro amigo en el aprendizaje y educación de los niños, y
convertir las situaciones que menos nos gusten del día a día de
nuestros pequeños, en un juego que les llame la atención, porque de
esta manera estarán aprendiendo sin darse cuenta.