El lugar del que soy y que tanto quiero, Andalucía, tiene muchos encantos. A la gente que no es de aquí les llama la atención nuestra característica forma de hablar: la inexistencia de las "s" y "r" al final de una palabra; el "comernos con patatas" los participios, diciendo "io" en lugar de "ido" o "acabao" en lugar de acabado"; "cecear" o "sesear"; etc. No es un idioma, como el que puedan tener otras Comunidades, sin embargo yo, siendo logopeda como soy, defiendo sin dudarlo esa forma de hablar que nos hace parte de cómo somos.
Por desgracia, nuestra forma de hablar también es algo que nos perjudica y mucho, a la hora de escribir. Quienes más saben de esto son los niños, que los traemos locos para explicarles que nosotros hablamos de una forma, pero escribimos de otra. Y es que, ellos escriben tal y como se escuchan hablar. Así, si en una palabra dicen "acabao", la ponen así; y si pronuncian "asúca", también lo escriben "asúca", cambiando la "z" por la "s" y omitiendo la última letra de la palabra. Yo les digo, que a nosotros nos pasa como a los ingleses, que escriben de una forma y lo dicen de otra.
En mis clases, cuando tengo que corregir el habla a algún niño, intento por supuesto que lo diga "bien", es decir, sin ceceo, seseo u omisiones. Sin embargo, una cosa es que un niño no sepa pronunciar una "s" y haya que enseñarle a decirla, para que "sepa" articularla, y otra distinta, es que si el niño vive en un entorno como pueda ser la zona de Málaga (ceceante hasta la médula), yo considere que deba pronunciar todas las "s" que contienen las palabras. Si ello no le supone una carga para la escritura, es capaz de escribir correctamente las palabras y, encima, si en un momento determinado se le exige que pronuncie esa "s" o esa "z" (al leer por ejemplo) y es capaz de decirla, no hay que darle mayor importancia. Y es que, por mucho que queramos corregir ese "seseo" o "ceceo", esas letras finales o esas sílabas inacabadas, si la familia, la maestra, los amigos (todo su entorno), hablan si hacer esas correcciones, por mucho que le enseñes la pronunciación adecuada, va a acabar olvidándola y eso si es que llega a automatizarla.
Sí es cierto que, ya de más adultos, hay profesiones que te exigen un mayor dominio en la pronunciación. Pero como pronunciar "bien", si se le exigen, pueden (porque saben articular esos fonemas), sólo tendrán que entrenarse un poco en la tarea.
Vuelvo otra vez a mí, logopeda, y sigo defendiendo mi forma de hablar. No es lo mismo hablar con mis amigos que hablar en mi trabajo. Parezco otra persona distinta, pero sinceramente, hablar correctamente en un entorno en el que lo normal es "no hablar bien", queda como que la rara eres tú. Así que, una se adapta a las situaciones y, supongo que como yo, a muchas otras personas que su profesión se lo exija les pasará igual, e intentarán prestar más atención a esa pronunciación en su trabajo y relajarse por completo y dejarse llevar, cuando están con "su gente".
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